Hacks para transformarte en una yummy mummy

¿Tuviste a tu baby y sueñas con recuperar la silueta? ¿Por primera vez te gustaría vivir de manera saludable? Te cuento cómo ser una mamá fit de forma sencilla.

Por: Aurélie Durand

Las que hemos estado embarazadas sabemos perfectamente que nuestro cuerpo vive una revolución total, entre el trancazo hormonal y los cambios físicos. Lo que una quisiera es recuperar la forma de diosa a los dos minutos del parto, pero no es así. Y justo por eso aquí comparto contigo unos tips básicos para lograrlo.

Amamantar. La lactancia materna, además de ser la mejor opción para la salud de tu bebé, te hace bajar de peso de manera saludable y más rápida. Claro que puede ser un reto enorme al inicio, y algunas mamás, de plano, no pueden amamantar por diversas razones. Pero ¿sabías que al amamantar a tu bebé quemas unas 500 calorías cada día? ¡Es como si hicieras una hora de ejercicio!

Agua. Toma entre 2 y 3 litros de agua simple por día (sin azúcar ni sustitutos). Para un mejor resultado, agrega un shot antiinflamatorio en ayunas. La receta: el jugo de un limón, un vaso de agua tibia, un centímetro de jengibre pelado y una pizca de cúrcuma. Tómalo a diario por una semana y altérnalo con una semana de descanso. Obvio, cero refrescos y bebidas azucaradas, que sólo aportan calorías vacías y te alejan más del cuerpazo que tanto deseas.

Masajes. Date masajes en el abdomen con aceite vegetal natural (el aceite de coco es ideal). Recuéstate sobre un yoga mat, con una mano sostén tu cabeza y con la otra masajea tu abdomen con movimientos circulares, del centro hacia afuera. Haz dos sesiones de cinco minutos al día.

Paciencia. No siempre perdemos los kilos de forma rápida, cada organismo es diferente. Lo que menos debemos hacer es estresarnos. Es normal tardar unos meses en recuperar nuestro peso. Un mes después del parto, si no tuviste complicaciones y tu médico ya te dio de alta, puedes retomar una actividad física suave como salir a caminar. Con sólo 30 minutos de ejercicio ligero por día activamos nuestro cuerpo, nuestros músculos, liberamos endorfinas y mejoramos el estado de ánimo.

Estructura. Establece tus horarios de comida y elige alimentos de calidad que favorezcan la alcalinidad y en verdad te nutran. Queremos bajar el nivel de acidez y de inflamación en el cuerpo. Come proteína magra como pollo orgánico, soya orgánica, lentejas, garbanzos y muchas verduras de hoja verde (espinaca, brócoli, acelgas, lechugas).

Escaleras. Sí, las escaleras son tus amigas, las encuentras en todos lados y te ofrecen una excelente forma de quemar calorías. ¿Que vives en un piso 19? Querida, estarás hecha una reina antes de lo que imaginas, pero eso sí, vas a sudar, porque ya se sabe que nada que valga la pena en esta vida llega facilito.

Entrena. Establece cuatro días por semana como mínimo para hacer el ejercicio que te gusta. ¿No se te ocurre nada? Qué tal una hora de paseo activo con el bebé, o unas series de ejercicios como sentadillas, desplantes, lagartijas y abdominales, que sin problema puedes hacer junto a tu pequeño en casa. ¡Se van a divertir mucho!

Duerme. Tener un bebé es cansado, porque tus horarios se vuelven locos. En vez de ponerte a checar Instagram mientras duerme tu pequeño, toma una power nap o acuéstate al mismo tiempo que él en la noche. Durante el sueño se liberan hormonas indispensables para el desarrollo del músculo.

Aurélie Durand


Coach en salud holística y bienestar

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