Por Melanie Beard
Victoria, la joya de la isla en la costa de Columbia Británica, se extiende con su encanto sereno entre las aguas azules del estrecho de Juan de Fuca. Este lugar, donde la historia se encuentra con la naturaleza en su estado más puro, invita a quienes lo visitan a sumergirse en una experiencia que va más allá de las vistas deslumbrantes. En Victoria, el ritmo de la vida es pausado, casi como si el tiempo mismo se tomara un respiro, permitiendo que cada momento se saboree con calma.

Al llegar a la ciudad, uno no puede evitar ser cautivado por la majestuosidad del Fairmont Empress, un hotel que se alza con orgullo sobre el puerto de Victoria. Su arquitectura, imponente y elegante, parece susurrar historias de épocas pasadas, cuando las grandes embarcaciones llegaban a su muelle y los jardines circundantes, cuidadosamente cuidados, invitaban a perderse en su esplendor. Desde el momento en que se cruza su umbral, se siente una bienvenida cálida, como si el lugar mismo abrazara a quienes llegan, proporcionándoles un refugio de lujo en medio de esta ciudad tan llena de vida y colores
Victoria ofrece una infinidad de actividades, cada una tan única como sus paisajes. Alquiler de ebikes, por ejemplo, se ha convertido en una forma popular de recorrer los tranquilos senderos que serpentean entre los parques y jardines de la ciudad. Desde el puerto hasta el jardín Butchart, se pueden explorar kilómetros de belleza natural sin prisas, sintiendo el viento fresco del océano acariciando la piel mientras se disfruta del ritmo relajado de la isla. Las calles, bordeadas de edificios históricos, invitan a una caminata pausada, pero para quienes buscan más adrenalina, las ebikes permiten descubrir rincones ocultos con la sensación de libertad que solo una bicicleta eléctrica puede ofrecer.
En las aguas cercanas a Victoria, las orcas, con su presencia majestuosa, emergen de las profundidades en un espectáculo que corta la respiración. Desde los botes que navegan por el estrecho, uno puede ser testigo de estos animales tan poderosos como enigmáticos, saltando y jugando en su hogar natural. Observar su danza bajo el cielo de la costa es un recordatorio de la vastedad y el misterio de la naturaleza, algo que solo un lugar como Victoria puede ofrecer.

Si el viento y las olas te han dejado con ganas de más exploración, las rutas de senderismo en los alrededores de la ciudad prometen vistas incomparables. Subir hasta el pico de Mount Douglas o caminar por los senderos que bordean la costa, siempre acompañados por el murmullo del océano, es una invitación a conectar con la tierra, a sentir la energía vital que emana de cada rincón de la isla.
Regresar al Fairmont Empress al final del día es como retornar a un abrazo cálido. Las habitaciones, de elegancia atemporal, ofrecen vistas privilegiadas del puerto o de los jardines del hotel, donde el sol se pone lentamente, pintando el cielo de tonos dorados y rosados. Los restaurantes dentro del hotel sirven platos que combinan lo mejor de la cocina local con una presentación impecable, una experiencia que se disfruta con cada bocado.


En el restaurante Q at Empress, la cocina del Pacífico Noroeste se celebra con una fusión perfecta de frescura y tradición. Cada plato está cuidadosamente preparado utilizando los mejores ingredientes locales, desde el marisco sostenible que llega directamente de las aguas circundantes, hasta las carnes criadas de manera responsable por los agricultores y ganaderos de la región. El menú refleja una profunda conexión con la tierra y el mar, destacando los sabores auténticos del noroeste, mientras honra las alianzas con productores locales y artesanos que ofrecen lo mejor de su oficio. En Q at Empress, cada bocado es una experiencia sensorial que rinde homenaje a la riqueza natural de la isla, convirtiendo cada comida en un festín memorable.

Victoria es un lugar se vive; desde los tranquilos paseos en bicicleta eléctrica, hasta los encuentros con las orcas en sus aguas profundas, cada momento en esta isla se convierte en un recuerdo que perdura. El Fairmont Empress, con su estilo clásico y su servicio inigualable, se convierte en el lugar perfecto para experimentar todo lo que esta ciudad tiene para ofrecer, mientras se siente, de alguna manera, como si uno estuviera suspendido en el tiempo, rodeado por la belleza natural de la isla.
