Alexis Beard
En una de las costas más cautivadoras del Pacífico mexicano, donde el océano se funde con selvas verdes y el ritmo de la naturaleza dicta el tiempo, se levanta el W Punta de Mita, un hotel que no se conforma con ser un lugar para dormir: es un universo colorido, vibrante y profundamente ligado a la cultura de Nayarit.
Al llegar, lo primero que sorprende es la Pasarela Huichol, un mosaico de más de 700 mil piezas que serpentea por los jardines del hotel hasta llegar al mar. Se trata de una obra de arte que honra las raíces indígenas de la región y conecta a los huéspedes con la espiritualidad de la tierra.

Las habitaciones y villas parecen diseñadas para jugar con los sentidos: techos altos, colores intensos, detalles artesanales y terrazas que se asoman al horizonte azul. Todo está impregnado de un aire bohemio, fresco y relajado, en el que el lujo no intimida, sino que invita a disfrutarlo descalzo, con la brisa salada en la piel.
La gastronomía es otro de los pilares de la experiencia. En Venazu, los sabores locales se reinterpretan con un guiño contemporáneo; mientras que en Spice Market, inspirado en la cocina del sudeste asiático, el viaje se vuelve inesperado. Para un momento más relajado, el Chevychería, con su icónica camioneta retro convertida en barra, ofrece ceviches frescos y un ambiente playero que parece sacado de un sueño tropical.
El mar, siempre presente, invita a la contemplación o a la aventura: surfear las olas de Punta de Mita, remar en kayak al atardecer, o simplemente dejarse llevar por la calma de una piscina infinita que se confunde con el horizonte. El AWAY Spa, en cambio, ofrece el contrapunto: rituales de relajación envueltos en aromas naturales, sonidos del bosque y técnicas que parecen detener el tiempo.
W Punta de Mita no es un hotel que pase desapercibido. Tiene personalidad, chispa y carácter. Es un espacio que mezcla lujo con irreverencia, tradición con modernidad, calma con energía. Un rincón donde los días se pintan de turquesa y los recuerdos quedan impregnados con el espíritu libre del Pacífico mexicano.