Para Shakira, la familia, y en particular sus hijos, representan el centro innegociable de su universo. A pesar de su inmensa fama y su exigente carrera global, ella ha reorganizado radicalmente sus prioridades, reconociendo públicamente que la maternidad le ha brindado una perspectiva invaluable sobre lo que es verdaderamente importante. Ella ha expresado en múltiples ocasiones que sus hijos, Milan y Sasha, son «los amores de mi vida» y la «razón de mi existencia», afirmando que cualquier cosa que les afecte es lo único que realmente puede desestabilizarla emocionalmente.
La maternidad y su impacto en la carrera
La maternidad supuso un punto de inflexión que la hizo ver que gran parte de lo que antes consideraba esencial en la industria del entretenimiento era, en realidad, «superfluo». Desde entonces, se ha esforzado por ser una madre sumamente presente, disfrutando y atesorando los momentos cotidianos, como cenar con ellos, acostarlos y llevarlos a sus actividades escolares, a pesar de su apretada agenda. Esta dedicación ha sido clave para mantener un ambiente de normalidad en sus vidas. Como ella misma ha declarado: «No hay nada que me haga sentir más plena que ser su mamá».
Milan y Sasha la inspiración detrás del exito
La importancia de sus hijos se ha reflejado incluso en su arte. Actúan como una poderosa fuente de inspiración creativa, lo que se evidenció claramente en la emotiva canción «Acróstico». Este tema no solo es un homenaje directo al amor incondicional por sus hijos, sino que ellos mismos participaron en el video y en recientes presentaciones en vivo, lo que subraya el profundo lazo artístico y personal que los une. Shakira apoya activamente sus inclinaciones, ya sea en la composición musical de Milan o el piano de Sasha, pero su deseo principal es que sigan sus propios caminos con pasión y alegría.
Inculcando valores como el legado familiar
Finalmente, Shakira y el padre de sus hijos, Gerard Piqué, han puesto un énfasis especial en inculcarles valores fundamentales. Ella destaca la importancia de la disciplina y el esfuerzo en cualquier oficio, insistiendo en que sus hijos deben entender que el trabajo arduo es innegociable. Además, aspira a que sean agentes de cambio en el mundo. Les enseña a alzar la voz por lo que consideran justo y a ser sensibles ante el dolor ajeno, valores que son un reflejo directo de la profunda labor filantrópica que ella realiza a través de su Fundación Pies Descalzos.
