Los amores de Julián Gil más allá del corazón

Migrante, empresario, actor de telenovelas y batidor de Récords Guinness. Todo esto y más es Julián Gil, el argentino que ha aprendido de las lecciones del pasado y superado pruebas para evolucionar y renacer de entre las cenizas. Y para quien la familia
es un pilar para seguir escribiendo su historia.

 

Julián nació en Argentina un 13 de junio de 1970.  Fue migrante desde que era un niño, pues de allí se mudó a Venezuela, a los 15 se fue a Puerto Rico y a los 25 ya tenía su propio restaurante. Julian Gil, se convirtió en un personaje que tuvo que enfrentarse a la vida desde muy temprana edad. 

Desde entonces no ha parado. Llegó al modelaje, de allí a la conducción, después a la actuación en varias telenovelas y ahora conduce “Siéntese quien pueda”. Un programa de reality y farándula, en UniMás de Televisa Univision. En exclusiva para Air Femme, nos habla al respecto: 

“Yo tuve que comenzar desde cero trabajando en restaurantes y en diferentes empleos. Siempre tenía el sueño de poder entrar al mundo del entretenimiento pero, por el hecho de haber sido padre tan joven – a los 15 años – tuve que dejar unas cosas de lado y una de ellas fue el estudio de la actuación. Todo fue alineándose con el tiempo y gracias a Dios, pude cumplir mi sueño de dedicarme al mundo del entretenimiento. Sé actuar, conducir y producir. Es de lo que vivo y me hace mucha ilusión”.

Además de haber logrado dos récord Guinness, ambos en Puerto Rico, el primero en 2004 y el segundo en 2008, como el conductor con más horas de un programa en vivo sin parar. En el camino siguió la búsqueda de hacer su sueño realidad. Llegó a México con la esperanza de encontrar esas oportunidades y lo logró. 

Fue en 2008 cuando la productora Carla Estrada le extendió una invitación para trabajar en la televisión mexicana, participando en “Sortilegio”, la novela con la que logró entrar al mercado mexicano y posicionarse para iniciar una exitosa carrera internacional.

“Estoy muy agradecido de haber pisado México; al fin y al cabo es el sueño más grande para cualquier persona que quiera entrar al mundo de las telenovelas. Cuando eres extranjero y haces novelas o te dedicas al mundo del entretenimiento –como la música–, tu plataforma más importante siempre va a ser México. Es el sitio al que hay que llegar”.

De allí en adelante su carrera profesional ha sido de éxitos, gracias a papeles de villanos en  melodramas tan vistos como “Hasta el fin del mundo” y “La que no podía amar”. También ha dejado huella en el cine en películas como “Santiago apóstol”, “Jesús de Nazaret” o “El milagro de la Virgen de Coromoto”. Recientemente apareció en “La Herencia”, telenovela de Univision.

 

Una mujer, su gran inspiración

Una de las guías más importantes para Julián en su vida fue su madre, a quien perdió en 1999 por alcoholismo, y por quien siente aún una gran afinidad y cariño. “Ella siempre fue quien me inspiró y quien hoy en día aún sin estar, sigue siendo, además, mi mayor motivación”.

Dentro de los mejores recuerdos de su niñez están, el fútbol – deporte del que es amante pues, al ser criado en Argentina hasta sus 9 años, lo que más recuerda es a su ídolo, Maradona – y las reuniones de familia; con su mamá cocinando y él jugando fútbol con sus amigos.

El actor de “Sueño de amor”, también se ha caracterizado por su visión de respeto al género femenino, pues ha declarado que las mujeres son una parte importante en su vida al ser con quienes ha procreado a sus hijos. Además, los temas de igualdad y su visión sobre los papeles que juegan en la vida el hombre y la mujer es complementaria. De ello nos comenta: 

“Yo creo que se demoró mucho, que hoy en día la vida o el mundo gira en torno a la igualdad y la inclusión porque considero que, tanto el hombre como la mujer, somos una fuerza muy importante a la hora de lograr cosas en el universo. Para mi la mujer tiene una sensibilidad, un sexto sentido que no tiene el hombre; una manera de hacer las cosas distintas. Creo que un gran balance de la humanidad es que el hombre y la mujer puedan hacer cosas diferentes, pero paralelas”.

Estoy muy agradecido de haber pisado México; al fin y al cabo es el sueño más grande para cualquier persona que quiera entrar al mundo de las telenovelas.

 

En su punto de vista es imprescindible seguir apoyando la inclusión y la igualdad.  Son temas en los que todavía falta mucho por hacer; a pesar de que se ha avanzado bastante gracias a la apertura que ya existe respecto al tema. 

 

Lazos familiares indispensables 

La familia es parte indispensable en la vida del actor. Julián tiene tres hijos. Dos de ellos ya son adultos, con los que mantiene una relación muy cercana y los considera el mayor logro de su vida.

Además de Juliancito de 27 años y Nicole, de 36, es padre de Matías, de 5 años, a quien todavía no puede ver debido a un problema legal con la madre. Sin embargo, Julián busca siempre estar en contacto con sus hijos. Tal es así que Nicole maneja todos sus negocios como su family manager y Juliancito trabaja en una empresa de distribución. Ambos lograron sus carreras por sus méritos propios.

 

“El mayor logro para mi es ver a mis hijos realizados, que van creciendo y cumpliendo sus sueños. Que se han convertido en grandes seres humanos y son independientes. Ambos son buenas personas, y eso es lo que procuro sobre todas las cosas”.

 

Como a todos, la pandemia nos sacó a relucir muchas cosas buenas y malas y algunas carencias y para Julián no fue la excepción. Hoy se considera a sí mismo un ser que valora mucho más el tiempo que pasa en familia, el poder del acercamiento y de una sonrisa.

 

“A mi me dejó el hecho de hoy en día, poder valorar todas las cosas que antes no. Los tiempos, los abrazos y los momentos. Recuerdo ese primer año con la incertidumbre y que decían que no nos podíamos abrazar y yo extrañaba los abrazos. Ahora que ya uno puede de alguna manera vivir un poco más normal, te das cuenta de lo importante de la cercanía, de un ‘te quiero’, de la convivencia”. 

 

Los cambios son una constante en la vida, y qué decir de la vida de los famosos, de los que nos enteramos todo por ser figuras públicas pero, como situaciones a la que todos enfrentamos, y que nos dejan enseñanzas, a veces difíciles de asimilar, al preguntarle a Julián qué cambiaría de esta, nos comentó lo siguiente: 

 

“Cambiar, nada. Creo que con los errores, las virtudes, con la manera que he vivido, he sido pleno, y tengo que darle muchas gracias a dios por la vida que me ha tocado vivir. Cambiaría el hecho de haber podido tener a mi madre viva mucho más tiempo, ella murió muy joven y me la perdí mucho”.

 

Muchas personas que buscan el éxito en la actuación o formar parte de la vida pública, siguen el ejemplo de los famosos; Julián sabe es un pilar a seguir y con modestia, aconseja lo siguiente: 

 

“No solamente a quien quiera seguir mi carrera, sino a quien quiera lograr cosas en la vida, desde ser zapatero, banquero, abogado, doctor o entrar al mundo del entretenimiento, le recomendaría que hagan las cosas con pasión. Cuando tú ves un tipo que trabaja en la calle lustrando zapatos con entusiasmo, él es exitoso porque lo hace con pasión y para mi eso es clave. Importantísimo”.

 

Aunque no le gusta hablar de él mismo, pues considera que no le corresponde, el actor se define como una persona transparente, buen amigo, amable, social y un guerrero de la vida. Dentro de sus proyectos siguen estando la familia y dedicarse a la conducción y la actuación, sus pasiones. 

 

“Me veo a full con mi familia, siempre unida, yo lo he tratado, sobre todo los últimos años, y creo que tiene mucho que ver con la pandemia. Y así me veo, uniéndonos, compartiendo más tiempo con ellos. Profesionalmente seguiré haciendo las cosas que amo, tanto en la actuación como en la conducción”.

 

Con pocas palabras, Julián considera mucho al público, por el que siempre se ha sentido cobijado y aceptado, especialmente en México. “Todo se lo debo al público, les agradezco un montón”, dice.

 

El mayor logro para mi es ver a mis hijos realizados. Que van creciendo, cumpliendo sus sueños, que se han convertido en grandes seres humanos y que son independientes.