Entre nubes y tejados grises: Banyan Tree Huangshan

Alexis Beard

Entre los picos brumosos del este de China, donde los pinos parecen flotar sobre el mar de nubes y los pueblos centenarios resguardan la memoria de la dinastía Ming, se alza el Banyan Tree Huangshan. Este refugio, escondido entre montañas y campos de té, combina el sosiego de la naturaleza con la estética sobria de la arquitectura Hui: muros blancos, techos oscuros y líneas que evocan la serenidad de una pintura antigua.

Ubicado en el condado de Yi, en la provincia de Anhui, el resort se encuentra a poca distancia de dos de los pueblos más bellos y mejor conservados de China: Hongcun y Xidi, ambos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde aquí, las curvas de la Montaña Huangshan —la “Montaña Amarilla”— se recortan sobre el cielo, un paisaje que inspiró a generaciones de poetas y pintores.

El Banyan Tree Huangshan parece diseñado para acompañar ese ritmo pausado. Sus villas y suites se abren a balcones con vistas al bosque o a los tejados del pueblo. La piedra, la madera y el bambú dominan los interiores, mientras que la luz se filtra suavemente a través de cortinas de lino y paneles tallados. Todo respira calma.

La experiencia gastronómica es otro de sus encantos. En el restaurante Bai Yun, los sabores de Anhui se presentan con elegancia contemporánea: tofu casero, hongos de montaña, bambú tierno y pescados de río se transforman en platos delicados. En Ming Yue, los desayunos combinan dim sum recién hechos con repostería occidental, mientras que Qing Feng, el lounge del resort, invita a probar el té Mao Feng, uno de los más finos de China, cultivado precisamente en estas laderas.

El spa Banyan Tree, fiel al espíritu del grupo, propone tratamientos inspirados en la tradición local. El ritual “Huangshan Heritage” emplea té Mao Feng en exfoliaciones y baños, seguidos de masajes que parecen detener el tiempo. Aquí, la filosofía “high-touch, low-tech” —menos tecnología, más presencia humana— se traduce en bienestar genuino.

Más allá del resort, las experiencias se multiplican. Se puede recorrer Hongcun, con sus canales y patios empedrados, subir a los senderos de Huangshan para ver el amanecer entre las nubes, o simplemente observar cómo la neblina se posa sobre los campos de arroz desde la terraza de la villa.

En cada detalle, se percibe el compromiso de Banyan Tree con la naturaleza: el resort fue diseñado conservando amplias áreas verdes y colabora con la comunidad local en programas de educación ambiental y protección forestal.

Banyan Tree Huangshan es un destino que invita a detenerse, a escuchar el silencio de la montaña y a redescubrir la belleza de lo esencial. Un refugio donde la cultura, la naturaleza y el lujo discreto se funden en perfecta armonía.