Las empresas, el arcoíris y el mes de junio

Durante junio, la mayoría de las empresas buscan generar una percepción de respeto a los derechos humanos, en específico, de los de la diversidad sexual. Poco a poco vemos cómo pintan sus logotipos con los colores del arcoíris y, en muchos casos, participan u organizan foros para hablar del valor de la inclusión y la diversidad, para con esto acercarse a una comunidad que es muy importante en términos económicos.

Sin embargo, en las últimas encuestas sobre discriminación en nuestro país, 70% de las y los trabajadores que pertenecen a las poblaciones de la diversidad sexual reconocen haber sufrido algún tipo de discriminación en sus centros de trabajo, y más de 50% tienen miedo a revelar su orientación sexual ante sus jefes por temor a represalias o a ser despedidos.

Adicionalmente, todos los días nos enteramos de empresas acusadas por actos de discriminación contra clientes o empleados, con un efecto importante en su reputación y, en algunos casos, hasta en su viabilidad financiera. El crecimiento de las denuncias ha sido alarmante, y esto ha generado que las autoridades pongan un interés especial en tomar acciones administrativas y hasta penales contra estos grupos empresariales.

Lo anterior nos demuestra que, si bien la adopción de políticas de inclusión, el desarrollo de manuales de control interno y la capacitación sobre la importancia de esta en el ámbito laboral han representado un gran avance, aún hace falta trabajar en un nivel mucho más profundo sobre estos temas. Se debe avanzar en la aplicación de estas políticas en todos los procesos internos de las compañías, y avanzar hacia una cultura de respeto a los derechos humanos y la diversidad para romper las barreras de la discriminación.

En sus últimos fallos, la Corte Inter-americana de Derechos Humanos ha establecido con claridad la responsabilidad de las empresas de respetar los derechos humanos de las personas LGBTIQ+, tanto en lo laboral como en sus operaciones y relaciones comerciales.

Teniendo esto en cuenta, que los procesos de denuncia sean efectivos, que las víctimas de acoso y hostigamiento laboral sean protegidas durante los procesos de denuncia e investigación, no solo debe ser del interés de las empresas, sino su obligación.

Para finalizar, me gustaría terminar esta participación con una sencilla reflexión: lo importante no solo es que te inviten a la fiesta, ¡sino que te saquen a bailar!

Celebremos la diversidad todos los días y no solo en el mes de junio.

 

Leo Poblete

Licenciado en Derecho

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