El susurro del Pacífico en ONTO House

Por Melanie Beard

Una sinfonía de olas, cielo y arquitectura que se entrelaza con los sentidos y transforma la estadía en un ritual de belleza, llegar a ONTO House en Puerto Escondido es como entrar en una burbuja paralela al tiempo. La brisa salada acaricia la piel mientras la mirada se pierde en ese horizonte azul profundo que sólo el Pacífico sabe regalar.

Esta magnífica villa privada, diseñada con la sensibilidad de quien entiende la esencia del lujo sin artificios, se alza como un templo moderno en armonía absoluta con la naturaleza. Aquí, el mar es un anfitrión que murmura historias con cada ola.

Las siete habitaciones son refugios íntimos, espacios donde el descanso cobra una dimensión casi sagrada. Las camas abrazan con su suavidad, y las ventanas amplias permiten que la luz entre como una caricia al amanecer. Dos suites principales con camas king se abren a panoramas infinitos, mientras las otras habitaciones, con dobles matrimoniales, ofrecen calidez compartida en cada rincón.

En el corazón de ONTO House, el Beach Club se despliega como un oasis donde el alma se descalza. La piscina y el jacuzzi no sólo invitan a sumergirse, sino a contemplar el atardecer como si fuera una obra de arte efímera, pintada sólo para ti. El fuego crepita junto al área de fogata por las noches, y las estrellas, cómplices silenciosas, observan las conversaciones que surgen desde lo más hondo, al calor de una copa y una risa sincera.

El aroma de la cocina se entrelaza con la brisa marina. Un chef privado, casi alquimista, transforma ingredientes locales en platillos que hablan el idioma de la tierra. Cada comida es una celebración sensorial: desde un ceviche fresco que evoca el vaivén de las olas, hasta postres que saben a infancia, a sol, a memoria. Las bebidas y cócteles fluyen como el tiempo en este rincón suspendido, donde el único reloj es el movimiento del sol.

ONTO House es un destino en si mismo y una experiencia que se lleva bajo la piel. Caminar por la playa privada al amanecer es un acto de comunión con lo eterno. La arena cruje suave bajo los pies, los pelícanos sobrevuelan con gracia silenciosa, y el alma —tan acostumbrada al ruido de la Ciudad de México— respira.

El diseño de ONTO House es una coreografía sutil entre minimalismo y calidez. Cada línea, cada textura, cada rincón ha sido pensado no sólo para agradar la vista, sino para abrazar el espíritu. La arquitectura, obra de CRB, celebra el espacio con una honestidad brutal: concreto desnudo, madera cálida y grandes aperturas que invitan al paisaje a entrar sin pedir permiso. No hay excesos, sólo equilibrio. Aquí, la estética susurra y cada objeto tiene propósito, cada detalle, intención.

Puerto Escondido tiene una energía que no se puede explicar, sólo sentir. ONTO House es el espejo perfecto para esa vibración única: salvaje y serena, vibrante y acogedora. Aquí, cada día es una promesa cumplida, cada noche, una poesía sin palabras.

Puerto Escondido es un secreto que se ha cansado de esconderse. Este rincón oaxaqueño, vibrante y místico, se despliega como un canto a la libertad. Su energía es cruda, magnética. Las playas salvajes, el vaivén de los surfistas, los mercados que huelen a mezcal y a mango maduro, todo forma parte de una danza que despierta los sentidos.