Por: Alexis Beard
El esquí encuentra su máxima expresión en Deer Valley, un lugar donde cada curva en la nieve refleja excelencia y cada día trae consigo la promesa de aventura. Con su reciente «Expanded Excellence», Deer Valley se ha transformado, ampliando su terreno esquiable para ofrecer más de 2,900 acres de pura emoción. Sus nuevas pistas se suman a las ya icónicas 103, diseñadas para desafiar a los expertos y abrazar a quienes descubren la magia del esquí por primera vez. La montaña no solo acoge, también inspira.
Durante el invierno, la nieve cubre el paisaje en un manto de serenidad, invitando a deslizarse, explorar y soñar. Trineos que surcan los valles, raquetas que trazan caminos en lo inexplorado y bicicletas que desafían la nieve, todo aquí se siente como un viaje más allá del tiempo. Cuando llega el verano, la naturaleza despierta en tonos verdes y dorados. Senderos que serpentean entre bosques y praderas llaman a recorrerlos a pie o en bicicleta, mientras las noches se llenan de música bajo las estrellas en el Snow Park Outdoor Amphitheater.
Dentro de este paisaje idílico se alzan las Stein Eriksen Residences, un tributo al lujo contemporáneo y a la calidez alpina. Estas bellas residencias son la propiedad hermana del legendario Stein Eriksen Lodge y su joya culinaria, donde nos encontramos con el famoso restaurante Glitretind. Este espacio, donde los sabores de la alta montaña se entrelazan con la creatividad, ofrece un festín para los sentidos. Cada plato celebra ingredientes locales transformados en delicias que invitan a la contemplación. Desde su famoso brunch dominical hasta cenas elegantes, cada bocado cuenta una historia.
El Glitretind también es un refugio para los amantes del vino. Su bodega, premiada y cuidadosamente curada, alberga más de 10,000 etiquetas que esperan ser descubiertas. Guiados por sommeliers apasionados, exploran maridajes que elevan cada sorbo a una experiencia sensorial. Las catas de vino aquí son un viaje que conecta terruño, tiempo y paladar.
Las Stein Eriksen Residences llevan este legado de excelencia a nuevas alturas. Con un diseño que equilibra lo moderno y lo rústico, ofrecen una experiencia donde la privacidad se encuentra con el acceso directo a las pistas de esquí. Piscinas climatizadas reflejan cielos cristalinos, spas privados susurran calma y la tecnología más avanzada simplifica la estancia. Todo está pensado para envolver en comodidad y asombro.
Las residencias nos reciben con la calidez de una chimenea encendida y una vista que nunca se cansa. La luz de la mañana filtra los copos como si fueran joyas suspendidas. En las tardes, el mundo se vuelve ámbar, y el crepitar del fuego acompaña nuestras pausas. La comodidad no es un exceso aquí, es la medida justa de un lujo pensado para reconectar.
En Deer Valley, cada día es una invitación a explorar, saborear y soñar. Desde las laderas cubiertas de nieve hasta las mesas vestidas con manjares, todo aquí celebra la vida en su forma más sublime.