Rosácea

La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel. Es importante destacar que es crónica, ya que no podemos eliminar la rosácea y únicamente se controla para evitar cuadros más graves. 

Es una enfermedad frecuente que afecta al 10% de nuestra población. Inicia entre los 20 y 50 años y es más frecuente en las mujeres.

Se desconoce la causa de la rosácea, sin embargo, se ha propuesto que la radiación ultravioleta y el estrés oxidativo pueden estar implicados. Además, se conocen los factores desencadenantes o agravantes de la misma, como los cambios de temperatura –lo más frecuente es que te pase con el calor– bebidas calientes como café o té, comida picante o muy condimentada, con el alcohol –principalmente el vino tinto– situaciones de estrés emocional –si te apenas, por ejemplo– y con el ejercicio.

¿Cómo se ve la rosácea? Como un enrojecimiento en la cara, principalmente en mejillas y nariz. Este puede ser transitorio (aparece y desaparece) o permanecer en tu cara, además de venitas rojas dilatadas. Es importante dar tratamiento médico y evitar los factores desencadenantes, ya que también pueden aparecer pápulas (granitos rojos) o pústulas (granitos con punta blanca), además de picazón o quemazón en la piel. Finalmente, en etapas avanzadas puede existir algo conocido como rinofima, que es el agrandamiento de la nariz por crecimiento de las glándulas sebáceas. 

También debes saber que existe la rosácea ocular (afectación en los ojos), por lo que si tienes rosácea es importante que acudas a revisión con el dermatólogo, que como parte del tratamiento probablemente te referirá con el oftalmólogo para revisar que tus ojos no estén afectados. 

Existen muchas opciones de tratamiento para la rosácea. Si únicamente tienes la piel roja, se adaptará una rutina de skincare para tu tipo de piel con ingredientes calmantes como niacinamida o aloe vera, entre otros; así como procedimientos con aparatos como luz pulsada para disminuir lo rojo y las venitas rojas de tu cara. Por otra parte, si además tienes granitos existen tratamientos con compuestos activos como ácido azelaico, ivermectina o metronidazol que te ayudarán con los mismos, pero recuerda nunca automedicarte. 

Otro factor muy importante para el tratamiento de tu rosácea es evitar los factores desencadenantes y utilizar protector solar todos los días cada 4 horas, aunque no salgas de casa. Recuerda que el sol es uno de los principales factores que pueden afectarte. 

Finalmente, también se están utilizando los probióticos y los antioxidantes vía oral como adyuvantes al tratamiento de la rosácea, ya que han demostrado mejorar el estado inflamatorio crónico que la caracteriza.

Si tienes rosácea, no te automediques, acude al dermatólogo; podemos hacer grandes cambios con tu piel.


Por: Dra Karen Ramírez Gómez,
especialista de Skin Project
@skinproject