Deby Beard
Entre paisajes idílicos, pueblos medievales y la rica herencia prehistórica, la región de la Dordoña en el suroeste de Francia nos invita a un viaje donde la historia, la cultura y la gastronomía se entrelazan de manera sublime. Aquí, cada rincón parece contar una historia, desde las calles adoquinadas de ciudades antiguas hasta los ecos prehistóricos que resuenan en las cavernas.
El descubrimiento de esta bella región comienza en Périgueux, la capital histórica del Périgord, donde el pasado romano y medieval se encuentra presente en cada paso. La ciudad es un museo al aire libre, con su catedral de Saint-Front, que domina el paisaje con su imponente arquitectura bizantina, y las ruinas romanas de Vesunna, que nos recuerdan la antigua prosperidad de la región.
Al pasear por las callejuelas del casco antiguo, podemos sentir la herencia de siglos reflejada en los edificios de piedra dorada, las plazas llenas de vida y los mercados donde los productos locales, como las trufas y el foie gras, nos invitan a saborear lo mejor del Périgord. El mercado de Périgueux es una verdadera fiesta para los sentidos, donde vemos y disfrutamos de los aromas frescos y vibrantes de la gastronomía local.
Después de un recorrido por la ciudad, nos detenemos en una de las encantadoras terrazas para disfrutar de un almuerzo con productos frescos de la región. Aquí, la gastronomía no es solo una parte del viaje, sino una experiencia profundamente conectada con la tierra y las tradiciones.
A solo una corta distancia de Périgueux, en el pequeño pueblo de Montignac, se encuentra el Centro Internacional de Arte Rupestre, también conocido como Lascaux IV. Este centro es una puerta de entrada a una de las manifestaciones artísticas más antiguas de la humanidad: las pinturas rupestres de Lascaux, que datan de hace más de 17,000 años.
En el interior del centro, nos sumergimos en un viaje al pasado profundo, donde la habilidad artística de los primeros humanos cobra vida a través de reproducciones meticulosas de las cuevas originales. El nivel de detalle y la tecnología utilizada para recrear estas pinturas nos permiten verlas tal como eran en su esplendor original, sin dañar las frágiles cavernas reales. A través de visitas guiadas y exposiciones interactivas, podemos comprender mejor el significado de estos dibujos y la importancia de este sitio para el estudio de la prehistoria.
Al caminar entre los caballos, bisontes y ciervos pintados en las paredes, sentimos una profunda conexión con los primeros artistas de la humanidad. No es solo un viaje en el tiempo, sino una experiencia profundamente emocional, que nos invita a reflexionar sobre nuestros propios orígenes y nuestra relación con el arte y la naturaleza.
Siguiendo nuestro recorrido por la Dordoña, llegamos a Sarlat-la-Canéda, un pueblo que parece detenido en el tiempo. Conocida simplemente como Sarlat, esta ciudad medieval es una de las más bellas de Francia, con su laberinto de callejones estrechos, edificios de piedra dorada y plazas llenas de vida.
El mercado de Sarlat, uno de los más famosos de la región, es una experiencia que no podemos perdernos. Los colores vibrantes de las frutas y verduras, el aroma embriagador de las trufas y los embutidos, y el sonido de los vendedores charlando animadamente crean una atmósfera de pura autenticidad.
Para completar nuestro viaje por la Dordoña, nos dirigimos a Trémolat, un encantador pueblo donde nos espera el hotel y restaurante Le Vieux Logis, un lugar que captura a la perfección la esencia de la región. Situado en una antigua casa solariega del siglo XVII, Le Vieux Logis es la combinación perfecta entre elegancia y sencillez, ofreciendo una experiencia de lujo sin pretensiones, profundamente enraizada en la autenticidad del Périgord.
Aquí, disfrutamos de una estancia rodeados de jardines exuberantes y habitaciones decoradas con un estilo rústico chic, donde cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para crear una atmósfera de tranquilidad y confort. Sin embargo, es el restaurante del hotel el que verdaderamente se roba el espectáculo. Con una estrella Michelin, Le Vieux Logis es un templo gastronómico que celebra los sabores de la Dordoña en su máxima expresión.
La cocina, dirigida por chefs talentosos, nos invita a disfrutar de platos inspirados en la tradición local, pero con un toque creativo que eleva cada ingrediente. Los menús degustación son una experiencia sensorial, donde los productos frescos de la región, como el pato, las setas y las trufas, son los protagonistas. Cada bocado nos conecta con la tierra, y el servicio cálido y atento hace que la experiencia sea aún más memorable.
Visitar la Dordoña es emprender un viaje al alma de Francia. Desde la historia viva de Périgueux hasta el arte prehistórico de Lascaux, las encantadoras calles medievales de Sarlat y la excelencia gastronómica de Le Vieux Logis, cada rincón de esta región nos invita a descubrir su rica herencia cultural y natural.