¡Hombres que sí queremos!

Nos pusimos a buscar hombres ejemplares, trabajadores, cariñosos, preocupados por sus familias. Hombres enfocados en su crecimiento personal. Éstas son sus historias.

Por: Angélica Müller / Fotos: César Ibarra

Esta idea loca de buscar hombres extraordinarios de varias edades y profesiones, que además crecieron en ambientes familiares diferentes, surgió de la plática recurrente en las reuniones de amigas, donde menudean quejas como “todos los hombres son iguales”, “no se comprometen”, “todos
son infieles”, “son de lo peor”…

En México se dice que el porcentaje de hombres machistas es escandalosamente alto, más de 80%. Sin embargo, yo creo que sí hay hombres extraordinarios, sensibles, amorosos y muy humanos, quienes independientemente de la educación recibida en casa decidieron reeducarse y convertirse en la mejor versión de sí mismos. Hombres a quienes siempre verás tratar no sólo a las mujeres sino al mesero, a la recepcionista, al taxista, al conserje, con una calidez y amabilidad que simplemente enamoran.

Sí, quizá esta clase de caballeros sea minoría, pero la buena noticia es que sí existen y andan por ahí disfrazados de amigos, vecinos, compañeros de trabajo, jefes, padres de familia, esposos, novios, socios de trabajo, en fin… la lista es larga.

Sólo es cuestión de saber identificarlos y no dejarlos pasar. Elegir inteligentemente, ésa es la clave. Para este artículo nos pusimos a buscar a varios de ellos. No fue tan difícil como se presumía, estaban ahí a la distancia de una charla casual, un saludo, una amistad de años. ¡Y ésta sí es una buena noticia!


Facundo Gassa Cerqueiro

Papá, esposo, modelo e instructor de reiki

¿Cómo alguien tan guapo como tú no ha sucumbido al ego?

Hay paradigmas sobre la gente que es favorecida por la naturaleza. Me regalaron este envase que me ha abierto un montón de puertas, y uno puede ir para ese lado y quedarse en el ego, o puede trabajar hacia dentro y agradecer y crecer. En mi proceso de evolución, de crecimiento constante, estoy trascendiendo el ego a través de muchísimas terapias, herramientas y demás.

¿En qué momento tuviste la necesidad de ese crecimiento espiritual?

A los 26 años surgió un viaje en mi vida que cambió radicalmente mi forma de ver las cosas. Fue un viaje a Perú tras la muerte de mi abuela. Con ella viajé por toda la Argentina, conocí todo el país gracias a mi abuela, pero nos quedó un viaje pendiente a Perú. Al morir, la cremamos y le prometí que haríamos ese viaje. Hice el viaje con sus cenizas, hice el camino del inca, llegué a Machu Pichu, y fue un antes y un después en mi vida. Ahí empezaron a surgir un montón de preguntas, empecé a sentir una energía, empecé a entender que había algo más.

Yo jugué rugby profesional, siempre estuve vinculado con el deporte, la exposición, y justo en esa época estaba en mi primera etapa exitosa en el modelaje, estaba viajando por toda Latinoamérica. Viví en Colombia, en Perú y en Chile. Más tarde llegué a México y acá me instalé. Este país te da muchas herramientas, si quieres, para crecer espiritualmente, para evolucionar como ser humano. Empecé a obtener herramientas de diferentes tipos de terapia. Hice terapias con plantas, con infusiones ancestrales, guiado por chamanes. Empecé a trabajar en mí, empecé a domar al ego. No a matarlo, sino a ubicarlo en su lugar, a decirle “quédate ahí”. Ésa es la parte más difícil, a los seres humanos nos rigen el ego y el miedo. Aquí en México me pusieron “el hippie de la moda”.

¿Cómo compartes un poco de lo que aprendiste en el camino?

Llevo varios años actuando desde el amor, no desde el ego. Es muy fácil trabajar desde el amor con mi hijo; es muy fácil trabajar desde el amor con mi mujer; pero actuar desde el amor con el que te avienta el carro en la calle, ahí es cuando realmente aprendemos. Y al hacerlo empiezas a vibrar en otra frecuencia, empiezas a contagiar eso; entonces la gente te ve y te dice: “Oye, ¿qué estás haciendo que te veo increíble?”. La gente se acerca y pregunta.

Llevo 14 años trabajando en mí, dejé de culpar a lo que está afuera para ocuparme de mí, para mejorar. Si tu interior cambia, tu exterior cambia. Tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior. Entonces empiezas a cambiar, la gente empieza a verlo y te dice: “¿Qué estás haciendo?”. En el primer paso les doy reiki, vemos cómo están sus chacras, ayudo y comparto con ellos lo que me sirvió a mí. Por ejemplo, hice terapia con una psicóloga increíble que fue quien me cambió la vida, es como mi mamá en México. Hoy tenemos una gran relación.

Empecé a ir a terapia para controlar la ira. Vine a trabajar muchísimo esta vida. Hoy, lo que hago es compartir todas esas herramientas que a mí me funcionaron. Para diferentes personas hay diferentes tipos de herramientas. Hay un montón de personas a las que he acompañado, por ejemplo, en el proceso de la ayahuasca. Yo no soy chamán, yo simplemente te acompaño, te doy herramientas. En realidad, la ceremonia empieza después de la ceremonia, cuando te reintegras a tu vida y tienes que poner en práctica lo que recibiste. Actuar desde el amor es un trabajo de todos los días.

¿Qué haces cuando te levantas?

Agradezco. Agradezco al universo por lo que tengo, tengo una familia increíble que yo creé.

Háblanos de ese proceso de co-creación, de materialización.

En lo profesional, siempre hice lo que me apasiona. Nunca hice algo que no me gustara. Co-creamos a través de lo que sentimos, de lo que queremos. La gente generalmente lo deja pasar y dice: es una casualidad. Cuando murió mi abuela, le escribí una carta, la puse en su ataúd y le dije que iríamos a Perú. A los tres días me salió un comercial en Perú, donde me pagaron increíble. En esa oportunidad dije: “Qué raro, qué casualidad”. Pero empecé a leer libros, me llegó El secreto, y así mil libros, y empecé a entender un poco más de la co-creación.

En cuanto al amor, después de muchísimo aprendizaje entendí que tenía que dejar de criticar al otro para enfocarme en mí, en sanarme, curarme, quererme, respetarme, amarme, y ese día sentí que estaba listo. Recuerdo que me senté en la cama, miré hacia arriba y desde el fondo de mi corazón, dije: “Quiero a mi compañera de vida, la que realmente me merezco”, y a los cuatro o cinco días apareció Ile. Es muy bonita la historia, y estamos juntos hasta ahorita, viviendo un amor real y en libertad.

Y hoy ya tienen un bebé. Platícanos de la paternidad.

Mateo significa ‘regalo de Dios’, y en verdad es un regalo de Dios. Es hermoso. Es hermosa esta nueva etapa de tener una familia. Tengo un objetivo, y mi objetivo es ser feliz y compartir esa felicidad y ese amor incondicional.

¿Eres hogareño?

Me fascina estar en mi casa.

Yo voy, trabajo y me regreso a mi casa.

¿Has pensado en dar conferencias para llegar a más personas?

Me atrae ayudar a la gente, desde el lugar donde estoy siempre el universo me pone cerca. En este caso estoy como director operativo de una marca de ropa deportiva, entonces yo contrato a la gente, y la contrato con base en la actitud que tienen, no en la experiencia, porque quiero que la gente que entre a las tiendas viva una experiencia distinta, basada en el trato. ¿Qué hago? Trabajo con cada uno de los vendedores en mejorar su calidad de vida, porque eso se refleja directamente en las ventas, porque lo transmiten. Si se diera la posibilidad de hacer una conferencia y que la gente quisiera escuchar lo que puedo compartir, lo haría feliz, porque vine a compartir este amor incondicional.

¿En qué debe fijarse una mujer a la hora de elegir un compañero?

Punto número uno, no necesitan un compañero. La mujer es increíble, es un ser humano único, que puede dar vida, es realmente fuerte, mucho más de lo que la sociedad valora. Lo primero que les diría es que se encuentren, que no necesiten a nadie, que busque a alguien para compartir su vida, no para que les resuelva la vida ni para llenar vacíos. Encuéntrese ustedes, sean plenas. Como hombre, lo más hermoso que te puede pasar es tener una compañera que sea mujer, que se sienta mujer y que se valore. Cuando tienes herramientas y aprendiste, el universo te pone a prueba. Cuando pasas esa prueba, vienen los regalos.


Alejandro Campdera

Publicista, millennial y amante de las motos

Cuéntanos un poco de ti, ¿a qué te dedicas?

Soy director de una agencia de publicidad. En la agencia trabajamos varias áreas, y una de ellas es la parte de retail, donde nos encargamos desde decorar aparadores, preparar material impreso y montajes, hasta la elaboración de proyectos más complejos.

Por ahí nos enteramos de que estás comprometido para casarte.

Sí, ella es una mujer súper talentosa. Hemos hecho una mancuerna increíble.

Siendo tan joven y exitoso, ¿qué te motiva a tener una relación seria?

Mis papás hacen una pareja increíble, he tenido su ejemplo como un matrimonio unido, cariñoso, amoroso. Mi papá se derrite cuando ve a mi mamá, ella es su vida. El ejemplo es lo que educa, eso he visto en mis 31 años de vida con mis papás. Mi madre me inculcó que con dinero o sin dinero, guapo o no guapo, alto o no alto, siempre hay que ser un caballero con las mujeres.

¿Qué pasa cuando estás con un grupo de amigos, donde el comportamiento no es el mismo porque no todos tuvimos un ejemplo así?

Al final del día son historias diferentes. Escucho distintos puntos de vista, y yo los respeto. Cada quién sus cubas, cada quién su vida. Algo con lo que no estoy de acuerdo es la infidelidad. Estás o no estás, creo yo.

¿Qué te apasiona?

¿Qué haces en tus ratos libres?

Soy un fanático enfermo de las motos, tengo una BMW doble propósito. Salgo a rodar con amigos casi todos los fines de semana. Me encanta conocer este país, descubrir pueblos que literalmente ni siquiera en Google Maps aparecen. Me fascina conocer mi país y a su gente.

También me gusta leer libros de coaching interpersonal. Me gusta mucho estar pendiente de mi equipo. Siempre me estoy preparando para desarrollar ese tipo de skills, para ayudar a mi gente.


¿Qué recomiendas a nuestras lectoras a la hora de elegir un compañero?

Yo les diría: fíjense cómo son, quiénes son y de dónde vienen. Eso les dará una idea de por dónde viene la bola. ¿Cómo se tratan en su familia? Los valores, el amor y la relación que hay entre la familia te dan una idea de lo que puedes esperar.


Leonardo Sánchez, aka “el Capitán Archie”

Piloto aviador retirado, locutor y comentarista, esposo, amigo y empresario

Tengo la fortuna de conocerte desde hace muchos años. Siempre he admirado tu trato hacia las mujeres, ¿de dónde viene?

A mí, desde que era chiquito, mi papá me inculcó respeto y amor hacia mi madre, inicialmente, y me inculcó ciertos valores que me rigen desde entonces. Creo que las mujeres pueden con todo. Si un hombre se divorcia y se queda con los hijos, tiene que contratar a la cocinera, la camarista, la nana, el chofer, etcétera, para poder hacerse cargo de los hijos. En cambio, si la mujer se queda con los hijos, ella solita puede con todo.


¿Cuál es tu secreto para mantener una relación estable?

La felicidad es un camino. La felicidad depende de mí. Mi esposa complementa y es parte importante de ese camino en el cual yo estoy feliz. Para estar bien en un matrimonio (yo llevo 15 años), debes estar bien contigo antes que nada. Yo no entiendo cómo muchas personas le encargan la felicidad al otro.


¿Qué fue lo que influyó en ti para elegir a esa compañera?

Para mí es muy importante la convivencia y, sobre todo, es muy importante tener a alguien que tenga una buena conversación y aporte elementos para tu crecimiento. Siempre hay algo que aprender. La convivencia con mi esposa es sana, divertida y muy respetuosa. Eso nos unió a los dos. Tenemos un respeto absoluto por el espacio individual de cada uno. Tener un matrimonio no quiere decir que tengo que estar pegado a ti 24 horas, siete días a la semana. Por mi profesión como piloto aviador por 35 años, estoy acostumbrado a estar fuera de la ciudad o del país, en un cuarto de hotel, solo. Comer solo, desayunar solo y cenar solo en muchos casos. Esos espacios de soledad son padrísimos. Dicen que la soledad es bonita, siempre y cuando no sea a fuerza.


¿Qué pasa cuando estás con un grupo de amigos y alguno les cuenta que anda de loco?

Desde que era chavo llegué a la conclusión, y la sostengo a la fecha: no te metas en rollos, no te metas en una relación extramarital, si tienes novia no andes con otra. Debemos ser auténticos y honestos. Yo nunca en mi vida andaría con una mujer que dejó a su esposo por mí, ¿qué confianza puedes tener en esa persona? Hay que terminar los ciclos bien terminados, bien hechos, asumir las responsabilidades que te tocan, y después de eso el tiempo te dirá quién llegará.


Bernardo Goldzweig Hans

Cirujano especialista en medicina estética, esposo y papá de tres

Cuéntanos de ti, ¿qué te motiva a ser el hombre íntegro que eres?

Para mí lo más importante, antes que mi profesión, es mi familia, mi esposa y mis hijos, que son el motor de mi existir. Tengo una esposa a la que amo y que me ha apoyado para desarrollar esta profesión tan compleja. Vengo de una familia de tres hermanos y mis padres. Siempre fui una persona muy deportista, estuve en el Comité Olímpico Mexicano, fui nadador profesional, fui campeón nacional, me quedé a unos segundos de ir a la Olimpiada de Barcelona 92. Siempre fui muy disciplinado, me gusta ser líder y me exijo mucho a mí mismo. Soy perfeccionista.

Y como profesional, ¿qué te motiva?

Lo que buscamos en la clínica es satisfacer las necesidades de las pacientes. Hoy hace falta que la mujer se sienta apapachada, se sienta escuchada, se sienta bien tratada, se sienta valorada, y aquí buscamos eso. Buscamos que la paciente pueda satisfacer sus necesidades, que pueda estar contenta, que se vea en un espejo y se guste a sí misma. A mí me distingue un resultado natural en mis procedimientos, en mis trabajos.

Creo que tu formación te ha dado las herramientas para tener un trato más emocional con tus pacientes.

Gran parte de la consulta se convierte en psicoanálisis. Se trata de escuchar a la mujer, saber cuáles son sus necesidades, y de apapacharla. A veces la mujer se siente apachurrada por la chamba, porque se divorció, porque la pareja, porque el novio… Yo siempre se lo digo a las mujeres: tú tienes que buscar ser egoísta y ser primero feliz contigo misma.
Si eres feliz contigo misma, vas a ser feliz con el exterior.

Esa empatía que tienes no la encuentras en todos lados, ¿cómo desarrollaste esa calidez?

Yo trato a mis pacientes como si fueran mi familia. Busco que los resultados en los tratamientos en mis pacientes sean como me gustaría que lo fueran en mi esposa o en mis hijas. En cada paciente pongo honestidad y ética, las que me gustaría que otro médico pusiera en alguien de mi familia. Para mí cada paciente es importante.

¿Qué les dirías a los hombres si pudieras cambiar su comportamiento hacia las mujeres?

Yo no voy a favor de la infidelidad. Si estás en una relación y no estás contento, termínala. Y entonces sí, haz lo que tú quieras, pero no hay razón alguna para jugar con los sentimientos de una persona, sea hombre o mujer. Al final, cada uno de nosotros construye su futuro; todos buscamos nuestro camino, y hoy lo más importante es que uno busque vivir en paz con uno mismo. Hay que buscar la armonía familiar y global. Creo que hoy lo más importante es estar tranquilos con nosotros mismos. Uno sabe cuando está haciendo las cosas bien o no. Si no, es momento de recapacitar. Hoy, como seres humanos, debemos respetarnos, debemos amarnos y debemos querernos a nosotros mismos.