Crear para inspirar: Lorena Martínez

La actriz mexicana se ha ganado un lugar en las pantallas de Estados Unidos, pero hoy busca abrirse paso en México a través de la comedia.

Lorena Martínez es un claro ejemplo de que los sueños se vuelven realidad. La regiomontana tuvo desde siempre el sueño de ser actriz, lo que la llevó a Estados Unidos a interpretar papeles como el de “Rosa Castillo” en The Good Doctor, pero hoy busca abrirse camino en México.

Como amante del teatro musical, estudió actuación desde los 17 años; vivió en San Diego y luego en Los Ángeles desde 2016. A pesar de que tuvo que esforzarse para conseguir su Green Card, en el proceso ha conseguido un certificado de producción, ha escrito guiones, ha hecho stand up y hoy cuenta con una maestría en actuación.


La pandemia fue un proceso que le sirvió de renovación y, dado que dice que en Estados Unidos no la ven lo suficientemente mexicana para ciertos papeles, quiere tocar puertas en México con distintos proyectos de los que aquí nos habla.


Estás preparando una serie donde hablarás de tu propia historia con tu Green Card,
cuéntanos de eso.

Sí, la idea surge debido a que Estados Unidos te pide que compruebes que tienes un empleo como actriz. En el inter que yo no podía trabajar estaba muy ansiosa y no sabía qué hacer y tampoco podía viajar a México, si lo hacía, el trámite para obtener la Green Card se extendía otros seis meses. Así que me dije ¿cómo me pueden dar un año para hacerme famosa? Es ridículo. Pero pensé: si puedo convertir esto lentamente en una serie de comedia, puedo canalizar mi estrés, sacarle provecho al sufrimiento.

Y en ese proceso he crecido mucho como artista, empecé a estudiar producción y development de televisión y me metí a hacer stand up porque dije si voy a hacer una comedia más vale que sea chistosa, y gracias a dios sí soy lo soy.

La serie ya está hecha y no la vendo sin mí; se llama “Not Famous” y se trata de una chava que no parece mexicana, y la deportan. Llevo desde 2017 en ella y todavía no hay nada seguro, pero sí hay gente y compañías interesadas.

También estoy enfocada en escribir una película de comedia mexicana con mi amiga Gaby Navarro. Y es que es más fácil sacar las películas adelante que una serie, necesitas menos gente que te diga que sí.

 

En pandemia, el lema fue reinventarse o morir. ¿A ti cómo te cambió?

Twenty twenty en inglés son los números de la visión perfecta. Y para mí, el 2020 fue lo que necesitaba pasar para que abriéramos los ojos a lo que importa.

A mí me dio mucha paz al principio cuando todo se tranquilizó porque Hollywood está en movimiento siempre y, cuando no te sientes parte de ese movimiento te estresas, entonces para mí fue un descanso y dije ¿qué voy a hacer con este tiempo? Y aprendí a tomar las riendas de mi vida. Obvio hubo días oscuros, pero también fue parte de sanar.

Además, aprendí desde Adobe, Ilustrator, Design, cosas para las que jamás hubiera sentido que tenía el tiempo. Hasta tengo un perrito que vino a mi vida en la pandemia y es el amor de mi vida.

 

¿Qué planes tienes en México?

Muchas gracias. Sí, es un negocio de gente, de conocidos, al cien. Me emociona mucho lo que viene y las herramientas que tengo. En México, me interesa ser parte del movimiento de darle voz a las mujeres y a la comedia un poco más elevada y feminista.


Por ejemplo, la película que estoy escribiendo es una comedia, no te puedo decir de qué se trata solo que es de dos amigas que se quieren mucho y que no se quieren casar. Con ella quiero probarle a la gente quién soy y espero me den permiso para eso, y si no, pues ¡a ver cómo! A mí me interesa abrir una conversación nueva en México, considero que el país está listo para una comedia un poco más sofisticada, sobre todo, para dejar el machismo atrás. 


Y es que los stand up comedy mexicanos siempre es lo mismo: el lugar común, burlarse de la gente…

Tengo amigos que me dicen que los estudios no les dejan cambiar eso, les dicen que la gente no va a entender y por eso les piden hacerla menos inteligente. Y yo siento que no se escribe para las masas, se escribe en tu experiencia y en tu sentido del humor y, entre más específico sea, más van a reaccionar las masas, pero no puedes hacerlo pensando en que todo el mundo le entienda porque no todo es para todos.


Y es el problema con muchas películas: el chiste obvio, la vulgaridad, las escenas innecesarias. Sí quiero ponerme mis moños en el estándar que quiero. Pienso ¡qué fregón sería poder construir en México un estudio al calibre de Hollywood! Hay mano de obra, mucha gente con capacidad. Ese, a largo plazo, es mi sueño.

¿Cuál sería tu perspectiva del público femenino en México? ¿Qué es lo que te gustaría dejarles como ejemplo?

Quiero que dejen de pedir perdón y permiso por cosas que los hombres jamás se han planteado pedir permiso. Lo que yo siempre he dicho es que tu salud mental, de la que no se habla lo suficiente, es importante, estar bien contigo misma, quererte y enamorarte de ti.

Y es que no nos la ponen tan fácil como país a la mujer. Tenemos que estar preocupadas por caminar en la noche, es demasiado, entonces, yo nada más quiero inspirar a la gente a sanar y que de allí, de ese lugar lleno de amor, confíen en sus ideas, porque la diferencia entre un genio y un no genio es que tomó acción para su idea loca.