Grandes mujeres de México

Es un día importante en el trabajo, todas las mujeres del equipo, incluyéndome, llegamos temprano, algunas terminamos de arreglarnos en la oficina y apenas nos da tiempo de tomar algún café. Llega corriendo una compañera de gran perfil, exitosa profesionalmente, siempre muy ecuánime, ahora que recuerdo nunca la he visto enojarse, recientemente madre, se sienta para que una compañera le haga favor de peinarse rápidamente y con un suspiro me dice muy frustrada: “ahora sí siento que ya no puedo”.

No tuvo que decirme más, conozco ese sentimiento, el complejo de sentirnos súper mujeres en todas nuestras fases del día, suele ser muy desgastante y tiene un punto de quiebre. 

Las dudas y la autocrítica suelen ser la constante, sabiendo que aun en ese mar de pensamientos, tienes que seguir con tu día a día, haciéndote cargo de tu casa y de tu carrera profesional, mientras que estás controlando tu peso, estudiando, siendo madre, viéndote espectacular hasta cuando vas de compras, sonriente, afable, divina en una palabra.

Así que sí, todas hemos pasado por ahí, hay días que siente una que ya no puede, pero la verdad es que sí podemos, solo debemos ser más corteses con nosotras mismas y saber que la divinidad es solo para los dioses. 

Cuando mi editora y yo hablamos sobre este artículo, quedamos en profundizar sobre alguna mujer mexicana que hubiera hecho historia, como un homenaje a aquellas que falta que su legado se recuerde en las memorias de nuestro país. Hay muchas, como Leona Vicario, quien se ganó el nombramiento de “Madre Benemérita de la Patria”, primera periodista mujer del país, quien fue espía, mensajera, financiera de la guerra de Independencia, fiel a sus principios, encarcelada, escondiéndose en cuevas para salvar la vida, en donde parió a su primera hija.

Pero entonces me di cuenta de algo, ¿qué hay de nosotras, de las mujeres que conformamos este gran país, de las mujeres de a pie, de las que no saldremos en Wikipedia, ni en los libros de texto? 

Y es que seamos francas, son tantas cosas y papeles que jugamos diariamente, que solemos no darnos el mérito y la vida se nos pasa así, con una carga en los hombros, que nosotras mismas no nos permitimos dejarla en el suelo y seguir adelante.

En la historia, a pesar de que las mujeres han sido relegadas, existen ejemplos de valentía y lucha férrea, en donde el simple hecho de ser votadas y votar como ciudadanas que somos, significó poner en peligro su vida, tal es el caso de Elvia Carrillo Puerto, gracias a quien desde hace 69 años, tenemos el derecho de votar.

En la vida, conoceremos mujeres que destacan en sus campos, a quienes les reconocemos sus logros y las conquistas que nos ha permitido que hoy estemos ganando posiciones que antes se nos negaban por el hecho de ser mujeres.

Pero el objetivo de este artículo es homenajearte a ti, la que estás leyendo, desde el papel que estés jugando ahora, madre o no, profesionista o no, ama de casa o no, en tu peso o no, con la actitud a tope o más bien con las ganas de tirar la toalla; porque al final, la vida no es una competencia, se trata de que estemos felices con lo que hacemos y lo que somos, sin cumplirle a la sociedad lo que los estereotipos nos dictan. 

¡Gracias por ser y estar!

 

Josefina Murrieta Ayala

Estratega, articulista y negociadora del IPADE. MBA en Economía y Negocios.

Instagram: jose_murrieta