Cada vez más personas optan por un contratar un coach, ya sea para que los ayude con algún propósito de vida o una meta laboral. Sin embargo, es importante resaltar que hay diferentes tipos de coaching y corrientes dentro de esta especialidad.
Debemos empezar por explicar que esta disciplina es una especialidad basada en metodologías científicas como: psicología, ontología, filosofía.
También debe quedar claro que el coach no asesora ni aconseja, su objetivo principal es clarificar metas del cliente y así trabajar en el desarrollo de competencias con un plan de acción y seguimiento, eliminando creencias limitantes que puedan estar bloqueando a la persona a llegar a la meta deseada.
Para contratar un coach, primero te recomiendo que respondas ¿Para qué quiero tomar un proceso de coaching? ¿Quieres una meta de vida, negocios, liderazgo, tener un mejor liderazgo? Con base en ello podrás comenzar a buscar un perfil.
También es importante que tomes en cuenta el género, edad, estudios, y especialmente su experiencia laboral: si trabajó en alguna empresa y qué puestos tuvo, el tiempo que lleva trabajando como coach, los clientes que tiene.
Ayuda mucho saber qué institución lo certificó como asesor y qué organización o asociación apoya a dicha institución.
Hay un gran número de asociaciones internacionales que respaldan certificaciones como la Asociación Mexicana de Coaching.
Todo lo que he comentado son filtros para encontrar a la persona que más te pueda ayudar. Sin embargo, no hay mejor asesor que con el que sientas empatía y comodidad.
Las habilidades de un coach las podrás notar observando avances y verificando nuevos aprendizajes.
El coaching potencializa al individuo. Se debe destacar que, si hay una mala experiencia con éste, no es con la metodología, sino con la persona; el coach es el que hace a esta disciplina, por lo que para llegar a los resultados esperados es indispensable la selección de una persona seria, ética y que trabaje profesionalmente.