Montreal, siempre vibrante

Cuando se visita por primera vez esta urbe, muy posiblemente la mejor recomendación es comenzar por el Viejo Montreal.

Para que rinda la jornada, lo ideal es llegar a este barrio alrededor de las nueve de la mañana. Las primeras horas del día, cuando las boutiques aún se encuentran cerradas, son perfectas para dar un paseo tranquilo a la orilla del río Saint Lawrence; por aquí es común ver gente ejercitándose o parejas que posan para alguna selfie.

Una parada obligada es el museo Pointè-à-Callière, Montréal Museum of Archeology and History, ubicado en Place Royale.

En este lugar se encontraba el fuerte Ville-Marie, cuando se fundó la ciudad, en el siglo 17; todavía se conservan algunos vestigios de él dentro del museo, los cuales se combinan con plataformas multimedia para explicar la evolución de la metrópoli.

Para coronar la visita por este barrio hay que pasar por la Basílica de Notre-Dame de Montreal. A primera vista parecería que es muy similar a su homóloga de París, pero de cerca se nota que su fachada es un poco más sobria y que tiene su propia personalidad.

Quizá uno de los mejores momentos para una instantánea de esta iglesia es por lo noche, ya que el brillo de sus vitrales cautiva al espectador.

Más allá del Viejo Montreal, nunca está demás deleitarse con el skyline de esta ciudad desde “La Montaña”, como los lugareños llaman cariñosamente a la elevación que el explorador francés Jacques Cartier bautizó como Mont Royal.

Para muchos es el Central Park canadiense, ya que aquí se pueden tener largas caminatas, organizar algún picnic, ejercitarse o simplemente disfrutar de la vista de la ciudad.

Ya que se está por la zona, vale la pena darse una vuelta por el 3895 del Boulevard Saint-Laurent, en el multicultural distrito Plateau Mont Royal.

Muy posiblemente cuando el viajero llegue a este sitio, sin importar la hora, encontrará una larga fila de gente en Chez Schwartz’s. Aquí se sirve un delicioso sándwich de carne ahumada, nada mejor que aderezarlo con mostaza, acompañarlo con pepinillos o ensalada de col.

Al visitar esta ciudad también hay que hacer una escala en el Museo de Bellas Artes de Montreal (MMFA). Cuenta con 43 mil piezas que abarcan desde pinturas, esculturas, artes gráficas, fotografías hasta objetos de arte decorativo.

Sin duda, después de pasar unos días en Montreal, el viajero termina enamorado de esta ciudad y aumentan sus ganas de regresar.

Para descansar

En el corazón del distrito financiero de Montreal, se encuentra el Holiday Inn & Suites Montréal Centre-ville Ouest, el cual destaca por la comodidad de sus habitaciones.