Si bien, la espera puede ser larga en un aeropuerto, producto del tráfico aéreo o mal clima, ésta no tienen por qué ser un fastidio; si eres una viajera de negocios, es importante que conozcas las siguientes recomendaciones para no “padecer” esos momentos.
En ediciones pasadas ya hemos hablado de algunos aspectos que considerar al arribar a un aeropuerto, así que, ligado a ese mismo tema, qué tal si recordamos que una mujer que sabe cuidar su imagen, carga sólo lo necesario, máxime si se trata de una ejecutiva y, por ende, es una viajera frecuente; luego entonces, el vestuario es muy importante.
No se trata de “comodidad”, sino de un espacio en el que convergen y conviven personas con diferentes actividades, así que es conveniente evitar los leggins o mallones, los flip-flops y los zapatos de hule tan populares tipo Crocs, así como las t-shirts. En su lugar, opta mejor por un pantalón de gabardina o lana, unos zapatos de tacón medio o de piso y una blusa sencilla. Es imprescindible que todo esté en perfecto estado.
¿Puedo usar mezclilla? Sí, si puedes usarla. Todo es cuestión de la imagen que deseas proyectar. De acuerdo a ésta, el personal de mostrador tendrá un estímulo para evaluarte cuando solicites un ascenso a clase business o clase prémier; pues no van a sentar a una persona desarreglada junto a sus mejores clientes, quienes, por lo general, visten al menos de blázer.
• Al llegar al filtro de seguridad, retira todo lo metálico de tu cuerpo y guárdalo en tu bolso de mano, de modo que en una charola esté tu bolso, zapatos y blazer; saca tu tableta o laptop del portafolio y colócala en otro contenedor.
• Al formarte busca personas con tu mismo perfil, que no te hagan perder tiempo. Inmediatamente después de cruzar el arco detector de metal, recoge tus cosas y recórrete hasta el final de la fila, cuidando que no te falte nada. Es impresionante el descuido de personas que, una vez a bordo del avión, insisten en regresar porque olvidaron pasaportes, maletas, relojes y todo cuanto se te ocurra; sólo es falta de atención.
Para no padecer la incomodidad de las salas de espera, tienes dos opciones: una es contar con el programa de beneficios que otorga la aerolínea de tu preferencia o bien tu tarjeta de banco para poder acceder a los salones vip; la segunda es entrar a un restaurant o a un bar para aprovechar el tiempo. Dependerá de tu gusto y presupuesto.
Como tip personal te puedo decir: obtén el acceso a los salones, en viajes internacionales son una bendición, sobre todo cuando los vuelos
se demoran.
Una vez dentro del salón, si vas a trabajar dirígete hacia la zona designada para ello —en algunos salones hasta cubículos privados tienen—; si decides quedarte en la sala principal para leer o simplemente descansar, recuerda que los asientos contiguos son para sentarse, no para colocar la maleta de mano, bolso personal y cualquier otra cosa que hayas comprado. Es muy molesto buscar un lugar y que éstos estén ocupados por objetos.
Aunque algunas salas son muy cómodas e invitan a la relajación, por favor, no te quites los zapatos enfrente de todo el mundo ni los subas a los asientos. Es precisamente en este tipo de lugares donde se demuestran los modales.
Si haces alguna llamada, no debe ser a micrófono abierto, a la gente no le interesa tu conversación y lejos de impresionar sólo generas molestias, conecta mejor el auricular de manos libres y utiliza una voz moderada.
No olvides dejar una propina al mesero que te atienda. Si eres una viajera frecuente lo vas a agradecer la siguiente vez que lo encuentres (en lo particular, tengo la fortuna de contar con la simpatía de dos jóvenes en diferentes aeropuertos quienes me dan un trato especial cada que me ven); y cuando vas de prisa y con tiempo corto,
el que te atiendan rápido siempre ayuda.
Por último, atención a tu hora de salida, el personal de la aerolínea no es responsable de avisarte, buscarte y, en algunos casos, de vocearte; si pierdes el vuelo por estar distraída es tu responsabilidad. Si por alguna circunstancia o contratiempo, llegas a perder un vuelo de conexión; no discutas, no pelees y no te desquites con el personal, quien es el menos responsables. Por el contrario, obtendrás más si argumentas de una forma amable y con una sonrisa de por medio.
Nos leemos en el siguiente número.
Muy buen viaje.
JUAN PABLO ALTAMIRANO Consultor en imagen pública @altamiranoimage |