De Hollywood a Australia

Con una esposa a punto de dar a luz, un montón de maletas, los nervios que implica mudarse a otro país y la preocupación de que en aduana no le fueran a decir nada por Fiona (su bulldog)… así llegó Eugenio Derbez a Hollywood.

Era junio de 2014. Eugenio ya había participado en algunos proyectos en Estados Unidos, como la serie Rob, estelarizada por Rob Schneider, y en México su carrera como actor y productor estaba más que consolidada. Aun así, decidió que era momento de vivir en California.

No hubo un séquito de asistentes que le resolvieran la vida, especialmente la mudanza, ni cientos de contactos que garantizaran que su carrera despegaría en Estados Unidos, pero de todas maneras quiso tomar el riesgo.

Cinco años después… hay que reconocer que Eugenio Derbez no para. Pactar una cita con él significa corretearlo entre junta y junta —eso sí, siempre con la mejor actitud—. Además, los aeropuertos se han convertido casi, casi en su segundo hogar por la infinidad de compromisos profesionales que debe atender.

Pero el esfuerzo ha valido la pena. Eugenio ahora es una figura recurrente en los Óscar, ya sea desfilando por la alfombra roja, presentando una categoría en la ceremonia o como parte del jurado de la premiación —en este 2019 su voto sumó para elegir a los ganadores, entre los que estuvo Alfonso Cuarón—.

Tiene su propia estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood y ha filmado películas en distintas partes del mundo, entre ellas su proyecto más reciente, Dora y la Ciudad Perdida, que rodó en Australia, sin olvidar que ha compartido créditos con Keira Knightley, Gerard Butler, Eva Longoria y Anna Faris.

Pero ¿cómo comenzó todo? ¿Y qué implica ser un esposo y papá que se la vive entre aviones y sets de películas?.

MÁS QUE UN SUPERHÉROE

Apenas tendría tres o cuatro años cuando Eugenio supo que lo suyo era la actuación. Ver en los foros a su mamá, la primera actriz Silvia Derbez, despertó en él la vocación actoral.

Como cualquier niño quería ser bombero, policía, astronauta, superhéroe o piloto de carreras, y entonces me di cuenta de que si era actor podía ser todo, cuanto personaje quisiera, cuenta Eugenio en entrevista.

De su madre, confiesa, aprendió las cualidades y responsabilidades que le han permitido forjar una larga carrera en la actuación.

Ella llevaba todas sus secuencias de utilería y de vestuario. Tenía tanta disciplina que incluso la gente de la producción se acercaba a ella para checar que todo estuviera en orden. Además, fue una madre y esposa muy presente, por lo que en el día se encargaba de su familia y en la noche o en la madrugada la veías repasar sus escenas, cuenta.

En el haber de Eugenio hay proyectos como La Misma Luna; No Eres Tú, Soy Yo; La familia P. Luche y El Cascanueces y los Cuatro Reinos. Sin embargo, asegura hay dos momentos en su carrera que lo han marcado.

En 2005 estrené en Broadway (Latinologues) apenas masticaba el inglés. Me aprendí un texto de memoria y me uní a una compañía de teatro chiquita. No me pagaban nada, ni los viáticos, ni por estar en el escenario; sólo me daban derecho de piso. Y de repente un productor nos dijo: ‘Nos vamos a Broadway’, y ahí estaba estrenando en Broadway.

El otro proyecto por el que estoy muy agradecido es No se Aceptan Devoluciones; fue la cinta que me abrió las puertas en Hollywood. Y fue una película mía, donde me tocó estar como productor, coescritor, actor, director y editor. No es que quisiera ser todólogo, sino que no había presupuesto, dice.

PAPÁ E HIJA VIAJEROS

Al final de su ópera prima, No se Aceptan Devoluciones, aparecía un mensaje muy especial para Eugenio Derbez y su esposa Alessandra Rosaldo: “Aitana… ¿ya vienes?”. Fue la manera como la pareja confirmó que querían una hermana para Aislinn, Vadhir y José Eduardo, los otros hijos del comediante.

En cuanto el embarazo de la integrante de Sentidos Opuestos se hizo público, platicar con Eugenio significaba verlo nervioso y siempre contestaba “quiero no cometer los mismos errores, quiero ser un buen papá”, parecía que esa idea se estaba convirtiendo en su mantra.

Aitana ya tiene cuatro años, y aunque Alessandra presume que se parece físicamente más a ella que a Eugenio, es un hecho que el actor ha sabido destacar en su mejor rol: ser papá.

Cuando nació Aislinn (su primogénita) no sabía ni con qué se comía la paternidad, la tuve a los 23 y era muy bruto, fui un escuincle criando a otro escuincle. La verdad, mi prioridad era formar un patrimonio con una carrera exitosa.

Ahora, como papá de Aitana ya sé que los hijos quieren que estés presente, no que les regales algo. Por eso a las siete de la noche me salgo de la oficina. Sé que Aitana me está esperando para que juegue con ella un ratito antes de que sean las ocho y se duerma, expresa.

Incluso Eugenio ha entendido tanto la importancia de ver crecer a su pequeña que no deja que los viajes profesionales la separen.

Agradezco muchísimo que Aitana aún puede faltar a clases y me la llevo conmigo cada vez que puedo; por ejemplo, ahora que filmé Dora… en Australia, me la llevé por cinco meses. Porque sin ella y sin Ale no sé qué hubiera hecho, me vuelvo loco, explica.

Foto: Cortesía Paramount Pictures

LA MEJOR COMPAÑERA

El propio Eugenio lo reconoce, gran parte del éxito de su carrera, especialmente en Hollywood, se lo debe a su esposa Alessandra Rosaldo.

La pareja se casó a principios de julio del 2012 en la Ciudad de México, y se han consolidado como uno de los matrimonios más estables del medio artístico.

Esto en gran parte se debe a que desde que eran novios, la cantante ha apoyado  los proyectos profesionales de Eugenio, pero sobre todo, ha sabido respetarlo, darle su espacio y formar una relación que siempre sume a la vida de ambos.

No fue fácil lograr esa estabilidad que ahora tenemos. Por ejemplo, cuando regresé de Australia me ofrecieron otra película muy importante y tuve que rechazarla para mantener el equilibrio en mi vida. Era una oportunidad interesante, pero no podía exigirle a Alessandra que se volviera a ir, expresa el histrión.

Y agrega que él también ha aprendido a impulsar cada proyecto de la compañera de Chacho Gaytán para que Alessandra pueda equilibrar su faceta de mamá con los escenarios.

Foto: Cortesía Instagram Alessandra Rosaldo

He entendido que no se vale que Ale arriesgue sus proyectos profesionales por mí, que esté tanto tiempo lejos de su familia y de sus amigos; no le puedo hacer eso. 

Tenemos acordado que un proyecto ella, uno yo, eso nos ha ayudado a fortalecer cada día más nuestro matrimonio. No ha sido fácil pero ahí vamos,explica Eugenio.

Con una familia, que ya incluye una hermosa nieta, una carrera profesional que nunca para y una esposa que lo entiende mejor que nadie, que no sorprenda que Eugenio Derbez destaque, todavía más, en los escenarios y set de filmación en los próximos años.