Cierto, todas sabemos que beber agua es vital para estar sanos y que es el único liquido que realmente nos sacia cuando nos estamos muriendo de sed; lo que no todas sabemos, es que existen síntomas de deshidratación que afectan a nuestro cuerpo de una manera en la que jamás se nos hubiera ocurrido.
Checa estos seis síntomas que te están diciendo que debes de tomas más agua:
No sudar mientras haces ejercicio
Hay una explicación científica detrás de esto. Cuando tu cuerpo se calienta demasiado – al hacer ejercicio, por ejemplo – comienza a liberar el calor extra a través del sudor, esto es para mantener reguladas las temperaturas del cuerpo; sin embargo, al no estar bien hidratada, no hay suficiente agua para producir sudor y eso afecta el sistema regulatorio de nuestro cuerpo, lo que puede provocar un calentamiento excesivo.
Mal aliento
Ya que nuestra saliva contiene propiedades antibacteriales, al no consumir suficiente agua, nuestro cuerpo no es capaz de producir la suficiente saliva y eso genera que las bacterias se propaguen ya que no hay nada que las elimine, por lo tanto, te provoca mal aliento.
Te estas enfermando más de lo normal
La deshidratación crónica tiene un papel muy importante cuando se trata del sistema inmunológico. Cada órgano del cuerpo cuenta con el agua para realizar sus funciones. Cuando no estás tomando la suficiente, tus células comienzan a perder los nutrientes y minerales que necesitan, lo que genera resequedad en áreas como la boca, nariz y garganta.
Te da hambre muy seguido
Muchas veces llegamos a equivocar el hambre con la necesidad de beber un vaso de agua. Esto se debe a que el hipotálamo, la parte del cerebro que regula el apetito y la sed, llega a confundirse. La próxima vez que te encuentres en la cocina para comer algo, toma un vaso de agua primero, así sabrás que es lo que realmente necesitas y no comerás de más.
Estás subiendo de peso
La deshidratación en el cuerpo alenta el metabolismo, por consecuencia se ve afectada la habilidad de tu cuerpo para quemar grasa. Además, provoca una mayor consumo de calorías ya que tu cuerpo comienza a confundir la sed con hambre, justo como mencionábamos en el punto anterior.