Ottawa: perfección canadiense

Al  llegar a Ottawa impresiona su arquitectura y sobriedad, no por nada se trata de la capital de Canadá. Sin embargo, esta ciudad cuenta con infinidad de actividades que le permiten al viajero conocer no sólo la historia de esta nación, sino también relajarse y divertirse.

Hay que iniciar la aventura en alguno de sus museos. Tiene una gran variedad en los cuales los visitantes pueden admirar algunas de las mejores obras de arte en el mundo, aprender acerca de la comunidad indígena de este país e incluso conocer las aportaciones que esta nación ha hecho al mundo de la aviación.

Uno de los atractivos más buscados es el Canal Rideau. En invierno es la pista de hielo naturalmente congelada más grande del mundo, con más de 7 kilómetros de largo.

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Sin embargo, el canal es un destino para visitar todo el año. Cuando el hielo se derrite y el clima es mucho más cálido, entonces puedes hacer un recorrido en canoa por esas mismas aguas o disfrutar de un relajante paseo en bote.

También se puede explorar el canal en bicicleta, caminando o corriendo por sus orillas. Especialmente ahora en otoño, el paisaje se llena de tonos rojizos y naranjas, dignos de admirar a paso lento.

Al visitar Ottawa hay que darse tiempo para conocer la Colina del Parlamento. No sólo es la sede del gobierno de la nación; también es un centro cultural y comunitario con actividades que se llevan a cabo en un escenario realmente increíble.

Por ejemplo, durante el verano, todos los miércoles a mediodía cientos de personas enfundadas en ropa de yoga inundan la colina con sus tapetitos para sentarse y estirarse frente a los icónicos edificios.

Además, a lo largo del año, también existen visitas guiadas y gratuitas por la Cámara de los Comunes y el Senado.

Relajación ideal

A tan sólo 20 minutos en auto del centro de Ottawa, se encuentra uno de los sitios más especiales de Canadá, en donde querrás que el tiempo se paralice.

Se trata del Nordik Spa-Nature. Este spa escandinavo es el lugar perfecto para relajarte y desconectarte. Al poner un pie aquí resulta obligado disfrutar de un largo baño en las albercas termales, pasar un buen rato en alguno de sus saunas, y pedir un suave masaje para que todas las preocupaciones laborales y personales desaparezcan.