Los dientes de leche sí importan

Muchos los vemos como un asunto pasajero, pero no hay pretexto, lo correcto es cuidarlos, aunque la mayoría no sabe bien cómo.

Por Lizbeth Infante de Nader

Todos conocemos a ese niño con los dientes hechos un desastre con la justificación de que son los “de leche”… pero cuando hablamos de salud bucal, nos tenemos que tomar el asunto en serio desde que se asoma ese primer diente en la boca del bebé (generalmente por ahí de los 6 meses de edad).

Los dientes de leche tienen que limpiarse desde ese momento que empiezan a salir, porque desde ese momento también pueden desarrollar caries. Claro como la boca del bebé es muy sensible, de inicio los podemos limpiar una gaza húmeda y remover cualquier resto de leche o alimento.

Al momento de salir, el diente causa una lesión en la encía, que aún es muy sensible, y justo eso causa dolor al bebé. Para reducir el dolor, puedes darle al bebé una cuchara pequeña o un paño frío o una mordedera para la dentición. Si eso no caula el dolor, consulta a un pediatra quien puede recetar algún analgésico.

Los dientes primarios están conformados por 20 piezas, tanto en la parte superior como en la parte inferior y terminan de salir, según el promedio, alrededor de los 3 años.

Usa un cepillo dental suave para empezar una disciplina en la higiene oral del niño y evitar que aparezcan caries. Si un diente de leche se carea y no se atiende, la caries puede pasar al diente permanente dañando su estructura.

De inicio usa pasta de dientes especial para niños, y solo usa el equivalente al tamaño de una lenteja por cepillada. Eso es más que suficiente.

Es común que en la dentición primaria haya ciertos espacios entre unos y otros, ya que estos serán la futura guía de los dientes permanentes. No te preocupes, el espacio entre ellos será compensado por nuevas piezas por salir porque son más grandes.

Un error clásico de mamás y papás, es dejar que nuestros pequeños se duerman toda la noche con la mamila pegada en la boca con algún líquido con azúcar (jugo, leche, chocolate o fórmulas endulzadas). Los líquidos azucarados son el medio ideal para la proliferación de caries y microbios que no quieres en la boca de tu bebé.

Según la Asociación Dental Mexicana, lo más recomendable para la primer visita al dentista es seis meses después de la salida del primer diente, y seguir haciéndolo dos veces por año, lo que permitirá que se pueda tener un control muy cercano para abordar cualquier problema existente.

Lizbeth Infante de Nade

Odontóloga | Dental Arts
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