De pequeña, es muy común que la mayoría de los viajes sean con mamá. Sin embargo, conforme pasan los años, los compañeros en las travesías cambian, se hacen presentes las amigas o pareja.
No por ello, hay que olvidar a esa primera compañera de viajes, quien siempre se preocupó por hacer nuestra maleta, llenarnos de bloqueador o incluso cuidarnos a la mitad de las vacaciones porque nos hemos enfermado.
Por lo menos una vez al año vale la pena desconectarnos de todo y conectarnos con mamá. Aquí te damos algunas razones para empezar a planear ese itinerario.
Mejorará su comunicación
Posiblemente conoces todo de mamá y viceversa; sin embargo, siempre hay algunos detalles o historias que no sabes de ella. Qué mejor sitio que un avión o en la sala de espera de un aeropuerto para charlar un poco, saber cuáles eran sus canciones favoritas de adolescente, cómo se enamoró de su primer novio, qué sueño le falta por cumplir o incluso cuál es el destino que le falta conocer y que podría hacerlo a tu lado.
Tú mejor apoyo
Si bien siempre hay que buscar destinos que sean seguros, ir con mamá siempre te dará un respaldo emocional único, que no es comparable con ningún otro. Además, si te vas a perder en las calles de París o Madrid, que sea con mamá, seguro podrán encontrar alguna linda boutique o librería para algún souvenir.
Perfecto presente
Un viaje juntas puede ser el mejor regalo en agradecimiento por sus muchos años de dedicación a ti. Porque un bolso o unos zapatos que con el tiempo pueden desaparecer, pero las experiencias se mantienen vivas en los recuerdos.
Menos estrés
Un viaje siempre ayuda a rebajar los niveles de estrés y ansiedad, por lo que tanto tú como mamá regresarán muchísimo más relajadas. Si el tiempo se los permite, organicen una tarde de SPA en algún hotel del destino, déjense consentir con un masaje y alguna otra amenidad del sitio.