Por un 8M sin pendientes

Cada 8 de marzo se nos recuerdan los grandes logros de las mujeres, pero también surgen presiones y ansiedad por lo no conseguido a nivel individual. Cómo empoderarnos sin pendientes ni mochilas pesadas.

Por Mariana Risso Crespo

Cada año que pasa, el 8 de marzo nos recuerda todo lo que avanzamos las mujeres, pero también sentimos presión: se nos dice que podemos hacerlo todo, que podemos ser madres y también tener un carrera. Y a veces eso no es posible. ¿Cómo manejar esa ansiedad por poder/querer hacerlo todo y cumplir con esos postulados del feminismo?. ¿Qué pasa cuando eso no se logra?

Hoy, la mujer comienza a valorarse desde un lugar orgánico entendiendo que su misión y propósito de vida trasciende la casa y el cuidado del hogar. Hoy, la mujer empieza a dejar huella con su voz, pensamiento y accionar mas allá de su núcleo familiar.

El Día Internacional de la Mujer nos recuerda la posibilidad que tenemos de transformar un deseo o un pensamiento en acción, la oportunidad de empoderar a las mujeres en todos los contextos o situaciones posibles e impulsarlas en su desarrollo pleno y consciente alineado con sus mas íntimos deseos. Esto último es de suma importancia ya que las palabras significan y adquieren valor de acuerdo a quien las interpreta. Y por tal motivo no siempre el deseo colectivo abarca todas las individualidades.

TU PRIMER DERECHO

El activismo y poder femenino requieren de una conciencia y de un respeto respecto a las necesidades de cada mujer entendiendo que la carrera desenfrenada por querer abarcarlo todo y siempre de una manera excedente en calidad y cantidad no hace más que reforzar nuestra condición humana y finita.

Si queremos una sociedad justa, esa sociedad debe estar integrada por hombres y mujeres que así lo sean, comenzando con la coherencia entre lo que piensan, desean y hacen en consecuencia.

Nadie puede decirte cómo tienes que ser, en quien tienes que convertirte ni cómo debes delinear tu vida para ser exitosa. Tu primer derecho es el de ser libre, en pensamiento, sentimiento y accionar siempre alineado a un comportamiento ético y consecuente con el bien común.

La presión social femenina es constante y descansa sobre la premisa de mujeres fuertes, bonitas, inteligentes convertidas en madres y académicas, profesionalmente exitosas y autosuficientes económicamente. Y esta idea asumida como certera es tan fantástica como irreal. Este pensamiento angustia porque nuestra mente oscila entre el pasado y el futuro, “entre lo que no pude ser o hacer y lo que tengo que ser y hacer “para lograr ciertos resultados que, a veces, ni siquiera nos detenemos a reflexionar si nos pertenecen. Hemos sido educadas para agradar y cumplir expectativas ajenas e incluso por momentos, poco realistas a los ojos del siglo XXI.

HONRAR MI VIDA

Un nuevo paradigma está naciendo, basado en una mujer plena y consciente de su poder y sus derechos para hacer uso de su fuerza interior, intelecto y libertad, para ser y hacer lo que su mente, alma y corazón le dicten. Sabemos y comprobamos a diario que podemos lograr nuestros deseos aunque lo más importante es pensarlos a solas, a conciencia y sin miramientos ni juzgamientos externos.

“Si, siendo mujer tengo la bendición natural de dar vida, entonces que mi obligación moral sea honrar ante todo la mía”.

Lic. Mariana Risso Crespo
Coach Ontológico – Practitioner en PNL
www.thinkemotional.com
Linkedin: thinkmotionallife