Sin miedo a ser y a hacer

La verdad es que me fascina viajar, pero siempre planeo hacerlo a último momento porque nunca sé cómo será mi vida en el futuro especialmente términos laborales. Eso hace que viajar acompañada sea un problema, y es aún mayor el problema si no tienes una pareja estable. En ocasiones las amigas pueden acompañarte, pero no siempre.

Debo mencionar que cuando viajo sola lo último que siento es soledad. De alguna manera me programo para estar más abierta, más atenta a lo que sucede a mi alrededor; más receptiva incluso con las personas con quienes me encuentro, ya sea el amable mesero de un restaurante o un grupo de personas que me integran a su viaje, o simplemente con la belleza de lo cotidiano que algunas veces nos pasa desapercibida, como un bello atardecer o la decoración exquisita de un restaurante o un hotel. Me fascina la pequeña inquietud que me despierta sentarme sola en un restaurante, o dormir sin acompañante en mi hotel, y darme cuenta rápidamente de lo deliciosa que es la experiencia. Siempre suceden cosas, se presenta gente nueva con formas distintas de ser y de pensar, situaciones emocionantes que raramente suceden cuando estás acompañada y tienes un plan preciso para tu viaje.

Hace poco organicé de improviso un viaje a Tulum. Es un destino que amo desde que no había luz eléctrica. Estoy tan enamorada de ese lugar que decidí ir a investigar algunos desarrollos habitacionales en venta. Y por fortuna, una cosa lleva a la otra: encuentros, gente nueva, música y experiencias diferentes, únicas e inimaginables. Por casualidad fui a un evento excepcional donde músicos increíbles tocaban ritmos entre tribales, new age e indie. Al día siguiente, después de una clase de yoga en mi lugar favorito de Tulum, disfruté otra experiencia sumamente especial: (Sound Healing con Gongs) le llaman; en ella te transportas a otra dimensión a través de la frecuencia vibratoria y el sonido de estos impresionantes instrumentos.

Guau, hasta la llanta ponchada después del evento me pareció cosa insignificante, pues rápidamente encontré a alguien dispuesto a ayudarme.